martes, diciembre 20, 2005

Por patas

Mi plan ha funcionado...

Desde el día que me sorprendí a mí mismo, como un simpático gilipollas, limpiando mis grilletes con Netol, lo he estado preparando. El plan de fuga. El embarque.

Veinte kilos de plátanos pesan como veinte kilos de hierro...

Pero era lo que necesitaba para sobornar al mono. El entrañable "Caspa". Aquel chimpancé rescatado de unos siniestros laboratorios por activistas de una ONG. Durante años, los científicos habían obligado al pobre mono a pintar cuadros de arte moderno que se vendían en conocidas galerías de arte británicas, bajo una identidad humana. Un cruel experimento destinado, no a estudiar la creatividad de los primates sino a averiguar si de verdad los críticos de arte diferenciarían la obra de un mono de la de un pintor. Fue interrumpido antes de concluir.

Una vez en libertad, "Caspa" se reinsertó a la vida civil. De vez en cuando, si el trabajo me desborda, dibuja para mí, copiando a la perfección mi estilo( simple rutina para él, que ha expuesto en Londres...) Con los plátanos le convencí para que me sustituyera varios meses. Y con un frasco de Varon Dandy (que se bebió de un buche) he conseguido que también se encargue de los guiones. Mientras duerme la borrachera de colonia, le coloco mi grillete para que nadie note la diferencia y salgo por patas...

Mi hatillo se lo lleva el viento...

Y miro como se aleja entre las nubes. Normal, estaba vacío... sólo llevo su foto y prefiero guardarla en el bolsillo interno del abrigo.

Han dicho mi nombre. Antes de subir al barco, saco el teléfono móvil y lo tiro al agua. Miro cómo se hunde y aplaudo yo solo. Subo la pasarela hacia el barco. Me paro. Bajo corriendo y me aseguro de que el maldito móvil no ha vuelto a salir a flote. Falsa alarma. Vuelvo a subir.

Y viajo.