El sueño herido

Sobre todos los sueños rotos, hay un sueño herido de muerte, que nunca muere. Es el sueño que vela por ellos, el sueño que mantiene encendido el fuego.

Es un sueño de nombre olvidado, de queja impronunciable, es un sueño que ha sangrado sobre todas sus vendas.

Mientras ha sido sentido, ha generado todas las medicinas y todas las culturas, todas las excusas y todas las anestesias.

Mientras pulsa, mientras late, son recitadas las lindes del vacío, las localizaciones de la frialdad, los filos de la inteligencia.

La herida que ha dejado es resonante, genera ecos retorcidos como raíces de sauce…
El timbre de su lamento, es grosero, es de plomo impuro.

La herida es resonante, hiela los corazones, los hace caminar lejos del maestro, hacia el ocaso de las ternuras.

La herida es profunda y hueca.

Y es una herida, que causara más pavor sanando, que sangrando, a aquellos que no quisieron curarla.