jueves, marzo 22, 2007

¡A la hoguera!

Yo tengo un trozo de sueño roto puntiagudo clavado en la espalda. Cada vez que me apoyo me duele, sobre todo al intentar conciliar el sueño, pues se incrusta aún más en mi piel. A veces no me deja dormir.

Y no alcanzo a sacármelo. Sería una tarea bastante fácil, pero está justo en el centro de mi espalda. Ando rascándome como los osos en los árboles.

Ojalá sea mi aportación a esta hoguera de sueños rotos ¡Que tan solo queden las cenizas que el viento pueda escupir bien lejos!