Vajra, Vajra, Yonten Vajra.
Camino distraído por la cubierta. Mi mente salta entre los recuerdos fugaces… Me parece ver una cara nueva entre la tripulación.
Escucho una voz familiar. Es el canturreo del niño lama… me dejo vencer por su voz, que como un calido abrazo me acerca a él.
UN LIBRE, ESPONTÁNEO Y RELAJADO CANTO VAJRA.
por el venerable Lama Guendun Rimpoché
Escucho una voz familiar. Es el canturreo del niño lama… me dejo vencer por su voz, que como un calido abrazo me acerca a él.
UN LIBRE, ESPONTÁNEO Y RELAJADO CANTO VAJRA.
por el venerable Lama Guendun Rimpoché
La felicidad no se consigue con grandes sacrificios y fuerza de voluntad;
ya está presente en la relajación abierta y en el soltar.
No te esfuerces, no hay nada que hacer o deshacer.
No te esfuerces, no hay nada que hacer o deshacer.
Todo lo que aparece momentáneamente en el cuerpo-mente no tiene ninguna importancia,
sea lo que fuere tiene poca realidad.
¿Por qué implicarse con ello y después apegarse?
¿Por qué emitir juicios sobre eso y sobre nosotros?
Es mucho mejor dejar simplemente que todo el juego ocurra por sí mismo,
Surgiendo y replegándose como las olas -sin alterar ni manipular nada-
y observar cómo todo se desvanece y reaparece mágicamente,
una y otra vez,
eternamente.
Es nuestra búsqueda de la felicidad lo único que nos impide verlo.
Es como perseguir un arco iris de vivos colores que no alcanzas jamás,
o como un perro intentando atrapar su propia cola.
Aunque la paz y la felicidad no existen realmente como una cosa o como un lugar,
Aunque la paz y la felicidad no existen realmente como una cosa o como un lugar,
están siempre disponibles y te acompañan a cada instante.
No creas en la realidad de las experiencias buenas y malas;
pues son tan efímeras como el buen tiempo y el mal tiempo, como los arco iris en el cielo.
Deseando aferrar lo inaferrable, te agotas en vano.
En el instante en que abres y relajas ese apretado puño del aferramiento, ahí está el espacio infinito, abierto, seductor y confortable.
Sírvete de esta espaciosidad, de esta libertad y tranquilidad natural.
No busques más.
No te adentres en la enmarañada selva siguiendo el rastro del gran elefante despierto, pues ya estás en casa descansando apaciblemente enfrente de tu propio hogar.
Nada que hacer o deshacer, nada que forzar, nada que desear, nada falta.
¡Emahó! ¡Maravilloso!Todo sucede por sí mismo.
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