lunes, marzo 06, 2006

Arrastro mi cuerpo por la cubierta. Doblo una esquina, y allí está otra vez.
Sentado en un rincón sombrío donde su calva y su túnica azafrán resplandecen. Meciéndose en un invisible y calido mar amniótico, con los ojos entrecerrados, y las manos acariciando un mala. Me dejo caer cerca de él.

- ¡Tienes la resaca más grande del universo!

No puedo responder, ni quiero recriminarle nada, solo suelto un bufido…

- ¿No lo notas?... esta brisa… ¡Sabe que vamos a visitarle…!

Me burlo de su entusiasmo con mí más fingida cara de asombro…

- Te va a sentar bien… a todos… ¡Próximo destino; EL PLANETA DE LA PRIMAVERA ADELANTADA¡

Y desaparece sin más… Aunque esté solo, no puedo callarme…

- Que derroche de teatralidad…