jueves, abril 20, 2006

Eugenesia.

En este Edén hay sitio para todos, hay sitio para mí.

Estoy en una casa tranquila y aseada, cercada de murmullos blandos y trinos brillantes.
Este hogar quiere ser el final de mi viaje.
No añoro nada, no tengo nada…

¿Nada?

Solo tengo una herida, con profundidad y recorrido, infinitamente sangrante y fresca.
A veces, en este silencio sin tiempo, mi herida es como la entrada angosta de este edén, como la intimidad de una madre. Escudriño sus bordes, su latido, su brillo, y a veces parece que un secreto empuja desde dentro.

Soy yo mismo otro útero, y mi herida la deuda de otro nacimiento doloroso…

¿Es inevitable nacer de una herida?

Mi herida, abriéndose en este edén, donde la queja resuena como en el vientre de una cueva.

No cerraré los ojos, no dejaré de escuchar.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

es inevitable nacer de una herida...

4:26 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

mmm
No lo es¡

8:13 p. m.  

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