regreso peludo
Siento la cabeza embotada de tanto dormir y ronronear, hasta para un gato es demasiado.
Parece que ninguno de los pasajeros del barco ha bajado a este planeta, al menos yo no veo a nadie, claro, que teniendo en cuenta la longitud del pelo entre el que me encuentro inmersa, no se puede decir que vea mucho...
Creo que ha llegado la hora de volver al barco, vaya a ser que zarpen sin mi.
Me levanto desenmarañándome del largo pelo rojizo como puedo y me estiraaaazo como sólo los gatos sabemos hacer.
Menos mal que no me fui muy lejos de la rampa de salida del barco, porque a ver ahora como la encuentro si no.
Subo la pasarela y voy maullando para hacerme notar:
- Miau, ¿hay alguien por ahí? Ya podemos zarpar hacia nuevo rumbo.
Empiezo a lamerme, creo que me he traído pegados pelos del planeta, al menos estos rojos que tengo por todas partes no son míos
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