lunes, diciembre 26, 2005

Santiago

Juré no quedarme dormida más… para ello pedí a un simpático guaperas de la barra del bar que llamase a mi puerta si arribábamos a algún puerto. No quería perderme un solo planeta más, no de esa manera.

Pero no hizo falta que bajara a avisarme, estaba tan excitada que salí antes de tiempo de mi camarote, esperando en la puerta el momento de salir. El camarero me dijo que podríamos estar allí el tiempo que quisiésemos, que el barco nos esperaría.

Si decidíamos no retornar, sólo teníamos que desearlo y gritar tan fuerte como pudiésemos: “LO ENCONTRÉEEEE!”. Y a continuación emitir un sonoro eructo.

Me quedé de piedra. ¿Qué veían mis ojos?¿Acaso era mi propio infierno? Todo lava, todo magma, allá donde dirigiera mi mirada. Definitivamente el otro planeta que me perdí debió ser maravilloso, y esto era un castigo a mi pereza.

Pero quise apearme. Mi barco quiso atracar.

Esquivando las moles de magma y de furia, avisté una fortaleza. Mi curiosidad me pudo, y crucé la puerta. Me encontré con inmensos pasillos, que dibujaban en sus paredes delgadas siluetas centelleantes por una caldera de fuegos enorme (me imagino) que las recorta, insinuando mundos proscritos… un “poco” pornográficos, me atrevo a decir. A lo mejor debía de haberle pedido al camarero que me acompañase.

Pero lo pienso mejor, este viaje debo hacerlo yo solita. Al final del pasillo me encuentro una enorme cueva llena de libros y estanterías… en el centro, en una enorme mesa, un señor de barbas largas que no advierte mi presencia.

“¿Eres tú?”. Le grito temblorosa por el miedo, esperando encontrar la respuesta segura, el guía que estaba buscando.

"¿Y yo qué coño sé, mujercita?” espeta malhumorado, girando la cara hacia mí (es viejo pero tremendamente atractivo, qué contingencia!). “Antes, debes adivinar el enigma”.

- ¿Cuál es?
- No es fácil
- Inténtelo
- Allá tú… ¿de qué color es el caballo blanco de Santiago?
- Está claro… pues blanco, viejo!!

Absolutamente estupefacto, y como despertando de un eterno letargo, abre sus enormes ojos profundos y dice solemne:

- Entonces, tú serás mi esposa…

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

jajajajaja que arte tienes joia...jejej no era un enigma era una trampa....si es que al final los hombressssss tos igualicos..jajaja

9:14 p. m.  
Blogger Fred Leis said...

well done.....

5:18 p. m.  
Blogger pepapoder said...

Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

12:38 p. m.  
Blogger pepapoder said...

Laurilla...
esto va a ser una merienda de negros ;-)

1:01 p. m.  

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