¿Una copa?
Me pregunta sugerente el morenito de la barra del bar. "Apasionante planeta", añade: "Una vez estuve allí, lo menos le hice tres bebés a tres espléndidas señoras en una sola noche".
- Interesante, ¿y por qué no ha bajado esta vez?
- Tenía cosas que hacer...
Mientras masticaba sus dos últimas palabras "que hacer...", un enérgico rizo cae sobre su frente y se apuesta sobre su ceja derecha.
- Camarero, ¿sabe que hay una fugaz y enorme luna llena? Puede pedir un deseo antes de que amanezca.
El morenito cierra los ojos, absorto en alguna fantasía furtiva. Susurrando, confiesa: "... y no hago nada ahí fuera que no pudiese satisfacer en este barco..."
Abre los ojos. Me guiña suavemente un ojo...
"... por ejemplo, dentro de su camarote, espléndida señora".
3 Comments:
cuidado que no te hagan un niño, esplendida señora ;)
o tres...
... si la envidia fuera tiña...
:-P
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