Volveremos...
El velero se hizo presente en el puerto.
Hizo sonar su sirena. Y con estupor, los viajeros perdidos en los brazos de la ciudad porteña, pararon en seco aquello que estaban haciendo o que le estaban haciendo, y unos con menos angustia que otros, corrieron desesperados hacia el puerto.
Siguiente destino: EL PLANETA DEL AÑO.
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