jueves, diciembre 28, 2006

qué cabeza la mía

- no se te olvida algo?
- Es probable... llevamos demasiado tiempo en este planeta.
- Me lo ha chivado Altair. Hace un año que zarpamos, que rompimos la botella en la proa de este barco juntos. Camarero incluido. Aunque Pedro lleva menos tiempo.

viernes, diciembre 22, 2006

Patología de las norias

Se buscará: ieva rusteikaite. Ahora se encontrará, entre las turbulencias de la indexación, en un instante limitado, suficiente, para qué más.

Más key-words: Johh Ashbery, sinedrín, nictitación, Lucio Ochanott, Vilafranca, patología de las norias, etc.

Se buscará posiblemente en invierno. Puede que se busque más tarde y uno sea cuatro meses más feliz.

Se buscará llegado el momento de buscarse entre palabras.

Bernanos, escritor católico. "Reconozco la verdad de una frase por el daño que produce en la boca cuando la pronuncio."

"Hoy he dejado de tener cualquier tipo de opinión sobre lo que sea." (Vila-Matas dixit)

Escribir es fácil. Casi nunca consigue uno escribir lo que hubiera deseado leer. Cuando uno consigue escribir lo que hubiera deseado leer, entonces acaba y dice, "He escrito; de haberlo leído, habría tirado el libro por la ventana sin miramientos". Y ahí está lo verdaderamente importante. Uno imagina un texto como objeto, le seduce la necesaria existencia de ese objeto non-nato, pero a punto. Lo puede imaginar perfectamente, y entonces lo escribe. Como si desde ese momento estuviera plagiando. Pierre Menard de sí mismo.

Ridículo. Decimonónico. Idealizante.

Ahora hablemos de los feriantes prófugos. No, realmente no.

Los feriantes prófugos. Ocupan mi casa desde hace días. Suben al techo y fuman y ahuyentan a las niñas que ejecutan el hulahop. Sus papás se asoman y los miran fumar con no poca negligencia. Nosotros, abajo, sabremos que la patología de las norias los ha traído a nosotros.

Hace un par de semanas tuve una de esas sensaciones pierremenardianas. Ahora no; sencillamente intento que ella, antes o después del secuestro, se busque y se encuentre, o descubra a quien la lleve y la traiga, felizmente, en un momento que podemos acotar y que no será demasiado importante aunque sea lo único que tengamos.

Porque parecíamos importantes, resulta que ahora hemos conservado, según qué centrales hidroeléctricas, algún tipo de apremio, pero más salvajemente.

Prometo abandonar los prólogos. Estoy bien, no me quejo, no paro de quejarme, no le pongo pegas, no me callo nunca, no suelto prenda, el cielo es azul, hay naranjas de un tipo o de otro, los alumnos salen a dibujar a la plaza por permiso expreso del director, aforo limitado, me pides que te viole, cierras el paso, y me lo pides hasta rozar el insulto, el camino a casa, procuro indexarte para que te busques, el desfibrilador y los patinadores en un Vilnius nevado.

Me largo. Un abrazo a todos.

Bon Nadal!

jueves, diciembre 14, 2006

Si no os acordáis de lo que estáis buscando o de lo que os quejáis, no me despertéis.

He estado despierto toda la noche intentando recordar algo, y ahora estoy cansado.

Pasadme un papel por debajo de la puerta, mejor si es de color amarillo, para que destaque sobre mi suelo de mármol blanco; lo leeré en cuanto despierte y agache la cabeza, cuando salga a la calle. En dicho papel, escribid lo siguiente:

  • Llamadme siempre por mi nombre, así lo recordaré.
  • Reiterad durante la misiva que, tras leer la misma, la deposite sobre la mesa que tengo enfrente de mi cama, al lado del ordenador y de la agenda electrónica.
  • Apuntadme qué es exactamente lo que hago, persigo o defiendo, ya que no lo tengo muy claro.
  • Absténganse de ironías y dobles sentidos: sólo podría recordar uno como mucho.
  • Ante todo, mucha calma.¡Ah! y apúntenme su.... queja?

Atentamente*

*Letrero de la puerta del Defensor del Pueblo del Planeta de los Despistes

martes, diciembre 05, 2006

La gran revolución de mil y pico

Las ideas fluyen yermas, a la deriva, y mueren sin llegar a nada aquí, en la tierra de los descuidos. Un mundo abocado a su propio fin. Un fin lento, que despacito va consumiendo ciudades y gentes.

“Nunca nada funcionó bien y nunca nada funcionará bien, con lo cual el futuro es probable que tenga mismo resultado.” Rezan los lugareños y no les falta razón.

Hacia el año mil y pico, pues la fecha exacta se olvidó, hubo una gran revolución que trató de cambiar la dirección de las cosas. Se propuso poner en marcha grandes cambios con los cuales terminar de una vez por todas con la trayectoria de continuos despistes que el planeta seguía. Los más notorios fueron:

1º- Suministrar mensualmente a todos los ciudadanos una agenda o diario y lápiz en la que anotar cada uno de los acontecimientos diarios que fuesen importantes de recordar.

2º- Cambiar el nombre del planeta por uno más acorde a la nueva dirección que se pretendía tomar.

3º- Que todas las obras y proyectos que se realizaran a partir de aquel momento pasasen una revisión periódica cada quince días para comprobar su buen funcionamiento.

Los resultados de estas fueron los siguientes:

1º- Todos perdían u olvidaban su agenda o diario o el lápiz en cualquier lugar, o simplemente se olvidaban de anotar o los acumulaban en sus casas. Aparte los organizadores, en su despiste, no contaron con la enorme deforestación que provocaría aquella ley.

2º- Se propuso a concurso el cambio de nombre del planeta, se rellenaron millones de hojas con los nombres que todos los ciudadanos propusieron, otros millones de documentos siguieron al trámite de selección del nombre ganador. Al final cuando ya se había elegido nombre, y cuatro árboles que quedaban temblaban, algún despistado tiró la colilla encendida de su cigarro sobre el montón de documentos provocando el mayor incendio de la historia del planeta y perdiéndose con ello el nuevo nombre.

3º- La revisión periódica hizo que se tuviesen que rellenar formularios de comprobación con lo que los cuatro últimos árboles no dieron ni para dos días. Aparte de que normalmente los revisores nunca llegaban a terminar la comprobación, descuidados terminaban mirándose los zapatos...

sábado, diciembre 02, 2006

Empezar otro pequeño mundo (con Christian Bobin)

Lo que parece que empieza tan sólo continúa, dice Christian Bobin en "Autorretrato con radiador".

Hoy estaba decidido a pasar la tarde sobre el tejado de mi casa mirando las nubes. Una vez arriba, me apeteció garabatear algo en Los Mundos Pequeños, y aquí estoy. Barcelona está taponándose de nubes, y el frío se hace notar sobre el tejado, así que he vuelto a bajar.

Esta mañana recibí la invitación de Pepa, y me pareció buena idea. Al fin y al cabo, es la excusa perfecta escribir instantáneas.

Esta tarde, decididamente, uno espera una llamada telefónica. Una lituana que desaparece por momentos. Uno sube al tejado y vuelve a bajar, y podría incluso efectuar esa operación varias veces.

Resulta extraño que un tipo como Bobin, que ha publicado más de cuarenta libros, afirme que "escribe sobre flores".

"A la pregunta siempre embarazosa: ¿qué estás escribiendo ahora?, respondo que escribo sobre flores, y que otro día elegiré un tema todavía más nimio, más humilde si cabe. Una taza de café solo. Las aventuras de una flor de cerezo."

Es un libro luminoso, ingenuo, concebido por una vocación marcadamente contemplativa, y muy llevadero. Planteado en forma de diario, podría encajar perfectamente en "Los mundos pequeños".

Esto se está pareciendo a una crítica literaria. Nada que me guste menos. Sólo que este libro tiene ese aire (no casual) de escritura transitoria, de manojo de instantáneas. Luego es algo más.

Mi hermano tenía una mesa muy grande y blanca sobre la que pintarrajeaba cosas.

Decididamente hoy no estoy para escribir.

La superficie de la mesa estaba plagada de instantáneas aparentemente banales. Antes de largarse, dejó aquella tabla en pleno apogeo. Hay de todo. Recuerdo una frase: "Me vuelvo majareta, fijo". Habría que preguntarle qué opina ahora. ¿De qué estoy hablando?

Bobin tiene una manera impracticable de hablar de felicidad. Al final uno se ríe. Es un místico postmoderno. Habría que leerle más o alejarse de él definitivamente.

Resulta que la lituana aparece y desaparece. Resulta que ha estado apareciendo bastante últimamete. Y resulta que no hay manera de hacerse una idea de qué andaremos haciendo de aquí a dos meses.

No sé qué decir. Sólo intentaba saludar y hablar de un libro. Pido disculpa por esta manera tan accidental. Hoy no es mi día. Postearé algo de vez en cuando. O puede que no postee más. Ya veremos. Voy a dar una vuelta por Arco del Triunfo.

Abrazos.

viernes, diciembre 01, 2006

Azul de azules

Tengo una resaca intergaláctica, he visto sistemas planetarios dobles, bibliotecas redundantes… Me he perdido sin cuidado. Mi voz es una sola.

Invierto en perdidas, en un rincón de nuestro navío, le he tomado el mala al niño Tulku , y me consuelo dejando escapar mantrans que vuelan fugaces en los cielos frescos de azul cobalto…

Puedo intuir todo un universo en cada exhalación, puedo añorar al Guru lejano, con cada sentir del corazón.

Me refugio en la sonrisa recordada, en las brisas añoradas. Me refugio en la alcoba intima de la verdad ígnea, que tiene que arder perpetua, en el fundamento del alma.

Voy con todos vosotros, voy a unirme a esa fiesta escanciada, a saludar al elocuente Ganímedes. Voy a mirar al cielo, y contar constelaciones nuevas, mesando mi barba ya casi blanca.

Gracias, maestro, gracias a tu susurro sondeador de infinitos, porque lo he encontrado en mitad de la travesía, cuando ya para siempre, me supe perdido.