miércoles, agosto 30, 2006

The Voyage

He pasado tan solo dos semanas en este planeta lleno de mares de Guinnes, Smithwick's, Coors, Heineken y tantas otras... pero al volver a subir al barco noto algo extraño en mi maullido.



¿Quizás durante esta visita maullaba en un idioma diferente? ¿Quizás fuera efecto de los efluvios cerveceros?

Creo que ya cada cosa se va poniendo en su sitio poco a poco y volviendo a la normalidad, si es que el viaje en este barco se puede calificar de normal.

Recuerdo de este planeta una canción que escuche algunas veces


I am a sailor and you're my first mate,
We signed on together, we coupled our fate,
We hauled up our anchor determined not to fail,
For the hearts treasure together we set sail.

With no maps to guide us we steered our own course,
We rose out the storms when the winds were gale force,
We sat out the doldrums in patience and hope,
Working together we learned how to cope.

Life is an ocean, love is a boat,
In trubled waters it keeps us afloat,
When we started the voyage, there was just me and you,
Now gathered roudn us we have our own crew.

Together we're in this relationship,
We've built it with care to last the whole trip,
Our true destination is not marked on any chart,
We're navigating for the shores of the heart.


Me trae recuerdos de tiempos pasados, cuando creí estar a salvo en un barco construido entre dos, esperaba que ese barco durara todo el viaje, pero el barco se fue a pique aunque las aguas eran mansas y eso aun me hace llorar.

Por suerte encontré este otro, en el que ahora navego, donde refugiarme.

lunes, agosto 28, 2006

Fuera de la taberna del puerto



Un simpático chihuahua me saluda.

Mientras le acaricio, se engancha a mi pierna nerviosamente. Este animalito se equivoca de perra.

"Chiquitín... yo no voy a poder aliviarte... ¿por qué no te buscas otra perrita que te ladre?

"¡Porque no las hay!" Escucho a lo lejos, a mi izquierda, como un desaliñado viejo hombre de puerto interviene en mi conversación con el perrito. "¡Aquí no hay perras!"

Minutos más tarde, más calmado, prosigue su discurso. "Esto era distinto antes, aquí había perras que hacían honor al gran nombre del planeta frívolo. Desde que abandonamos el uso ritual de la cerveza, y empezamos a abusar de forma lúdica del rico fruto de los mares, todo es distinto. A los hombres no se les levanta y las mujeres se quedan dormidas en mitad de la faena. ¡Es un desastre! Afortunadamente yo ya soy viejo, y no tengo que andarme con estas hordas de borrachos desconsolados. Si yo fuese usted, me lo montaba con el perro."

- Amable señor, ¿cómo se llama usted?
- Me llamo Pedro
- ¿Le importa que le ponga su nombre a mi nueva mascota?
- En absoluto, me haría usted una persona feliz
- Pues ya somos dos
- Entiendo... ¿se lo va a montar con el perro?
- jaja... no, no de momento. Quiero que me acompañe en mi viaje
- ¿Y en lugar del perro, puedo acompañarle yo?
- Demasiado tarde, querido. Usted no ha sido tan atrevido como el perro. Él me lo pidió antes.

viernes, agosto 18, 2006

Una mala noche

1000 agujas punzantes. Están calientes, al rojo vivo. Poco a poco, se van clavando en mis sienes, no ya al unísono, sino de forma escalonada e ininterrumpida. Oigo el aullido de un barco de vapor a punto de zarpar que se acaba de colar en mi oreja. Las agujas se multiplican por mi cabeza hasta llegar a los globos oculares.

El suicidio no es tan malo como dicen. Me quiero morir.

No recordaba lo malas que son las resacas de cerveza.

lunes, agosto 14, 2006

Brindis

Entro en la taberna del puerto.

Sí, así es; como esa taberna del puerto que frecuenta el lobo de mar que todos tenemos incrustados en el imaginarium.

Tiene tan solo una particularidad… un pequeño lugar, elevado y apartado, con vidrieras al mar, donde sólo puede beber un bebedor solo.

Cuando alguien sube, es evidente su exilio.
Cuando alguien sube, empero, se sabrá acompañado por las nostalgias incontables, pegadas debajo de la mesa, o rayadas encima con malolientes cuchillos destripapeces.
Se sube, tanto para abandonar, como para ser abandonado. Cuando se está allí, ya no se sabe cual es la diferencia.
Arriba, quise levantar mi jarra y brindar al planeta rubio que circundábamos, y a las estrellas que me esperaban tras él. Pero no pude.
Si no lo hubiera intentado, lo hubiera conseguido… Y finalmente si pude brindar por esa certeza.

jueves, agosto 10, 2006

… y los monjes, en sus abadías, fabrican yogures probióticos.

Y las monjas elaboran patatas caseras en los conventos.

Qué deliciosas cosquillas las de las olas doradas lamiendo mis pies en estas playas de arena negra. Me desnudo, me sumerjo en el mar de cebada; el lúpulo amarga mi paladar, la espuma me susurra al oido frívolamente, el dorado ilumina el cielo de un débil sol.

Abro bien los ojos y la boca. Voy a beberme el mar.

Esperando que nadie haya tirado alguna compresa usada.

miércoles, agosto 09, 2006

Inocencia

Camino por las escasas planicies de turba, de este planeta refrescante y tostado. Por algún milagro astrofísico, la cerveza que destilan los manantiales de este satélite, ¡es sin alcohol¡ Siento mi hígado sonriendo. :)

Después de una colina, me encuentro un rincón poblado, en una pequeña bahía; la belleza de lo que veo me asombra.

Cuando algo me entusiasma, me hace sentir inocente de nuevo. Es como si un rayo alumbrara, revelara, por primera vez algo nuevo dentro de mi, que reconoce, sin embargo, con cierta familiaridad, lo que llega a mis ávidos sentidos… Es el placer del turista galáctico, que se vuelve continuo, y que como una reminiscencia, aun permanece un poco después del regreso a casa… durante unos breves momentos, lo que se ha conocido durante décadas, aparece nuevo ante los ojos del turista regresado… Hasta que la resaca acaba, y todas las particularidades se convierten en monotonías… Y se añora la agilidad, la frescura de esa mente, de ese espíritu turístico, para poder vivenciar cada día con algo de asombro… Y retrasar el regreso del cinismo y la amargura.

No me será posible olvidar la condición humana, los problemas de comunicación a través de parapetos y corazas bioenergéticas; Pero podré recuperar la visión, recordar que soy un turista galáctico, que puedo navegar, y que no tengo ninguna razón para dar nada por sentado.
La belleza de lo que contemplo, es como un relámpago solitario bajo un cielo abierto

Seamos "civilizados"

Seis días en Catania. Al principio creí que era un regalo del capitán por sus cuarenta tacos en la mar. Pero no, el detalle debo agradecérselo a la naviera, o puestos a agradecer, a Israel por sus ataques contra el Líbano, o si sigo rascando al final todo es gracias, como casi siempre, a la "grandeza" del ser humano.
Inicialmente hasta Turquía del tirón, pero debo reconocer que me olió mal cruzarnos con tantos barcos de guerra...americanos para más señas y de suministros franceses. Todo esto varios días antes de..OOOOh, sorpresa!...comienzan los bombardeos. Estados Unidos lo sabía y probablemente toda la OTAN y Europa. Lo he visto una y mil veces: mientras el mundo civilizado se queda perplejo por los inicios bélicos nosotros ya llevábamos semanas viendo cómo nos adelantaban las fragatas, los helicópteros, los aviones de carga y cómo nos cambiaban las rutas u obligaban a quedar quietecitos en puerto. Los periodistas podrían informar mejor si en vez de mirar sus propios ombligos se acercaran a los puertos a observar.
Días despúes comenzó la invasión, la guerra, los ataques preventivos o como más os guste llamarle. Líbano es un país amable, uno de los pocos reductos árabes de verdad donde la hospitalidad es un ingrediente excepcional. Y bueno, mientras medio Mediterráneo chapotea en sus aguas, hace castillos de arena en sus orillas y apesta todo a bronceador justo enfrente se bombardean y matan. La vida es asi. Y en un verano plácido-vacacional (con un calor que mata) hay quien se espanta porque un misil mata a 50 niños...ooooh Dios, hay que ver lo malas que se han vuelto las guerras. Demos un par de día de respiro a esos pobres ciudadanos de Beirut, abramos un pasillito de seguridad para llevarle sus bocadillitos y sus pastas de almendra, protestemos (energicamente, que queda mu bonito en papel) por tanta barbarie...en fin, seguro que los millones de lagartijas que están bronceando sus palmitos a pie de chiringito están en un sinvivir con tanto desalmado que no sabe dónde apuntar su tanque.
Más gente muere en la mar cada día queriendo alcanzar sus sueños...y en accidentes de tráfico...y en el Congo...y en Ruanda...y con las ablaciones en Egipto...y en Perú por las enfermedades en los recién nacidos...
Y encima Castro se pone malito...desde luego hay que ver cómo está el mundo, así no se puede trabajar!!!
Queridos marineros: una ronda de cerveza para todos...invito yo.

martes, agosto 01, 2006

O`Guinness Moon

- Cada vez pasa menos gente por aquí. Todo el mundo se tira de cabeza a esos mares rubios. ¿Y sabes lo que yo pienso? Que mejor; más tranquilidad, mas cerveza negra… Este pequeño satélite, solo es para gente avispada, capaz de ver su oscura y pequeña faz, dando vueltas erráticas alrededor de este sol liquido.
- ¡Brindemos por eso!
- Cuénteme, señor… ¡Altaír! ¿No era? Si… Cuénteme… ¿de donde me dijo que era?
- Yo… era terrícola… si… un terrícola gordo…
- Gordo¡ por supuesto…
- Si, bastante gordo, se lo puedo asegurar… en fin…El barco se hundió… apareció un niño pelón… me dijo no se que del miedo…me metió en otro barco… me crecieron estas greñas… casi me muero… y aquí estoy… con esta jarra casi vacía… no puede ser… por favor…
- Claro, claro…aquí tiene… brindemos…
- ¿Por?
- Por su dietista, por supuesto… ya casi no parece terrícola…
- Ja ja ja (risa de Asno)
- ¿Por qué casi se muere usted, señor Altaír?
- Se me cocieron las meninges…
- Ouch… Bueno… ¿Sabe que? Este es un buen sitio para refrescar casi cualquier cosa cocida…